Cambiando de teclado
Hace unos meses decidí comprar un teclado mecánico por curiosidad, un amigo me comentó mil veces sobre su teclado mecánico y luego de ver varios videos de reseñas no me pude resistir a comprar uno para ver de qué se trataba.
Y sí, debo admitir que caí en la moda de los teclados mecánicos de una, no solo me acostumbré a sus teclas grandes y ruidosas, sino que también empecé a notar que la experiencia de escribir en este tipo de teclados es mucho mejor.
Cuando puse los dos teclados sobre la mesa no me podía imaginar la transición; yo venía de usar ese tipo de teclados delgados hace años.
Sin embargo, el teclado mecánico me resultó mucho mejor después de unas horas de práctica. Las teclas son más fáciles de reconocer con los dedos porque no son completamente planas, las manos pueden reposar sobre el teclado sin pulsar accidentalmente alguna tecla y además se ve mucho más sólido y durable que los otros teclados convencionales.
Es cierto que el ruido es una desventaja comparada con un teclado silencioso, de hecho el teclado mecánico que compré viene con unos switch de tipo brown, que no son tan ruidosos, pero aun así hacen más ruido que mi teclado anterior.
Pero más allá de eso siento que fue una muy buena transición, no quiero volver al teclado anterior ni a palos.
Algo que sí me hubiera gustado saber antes de comprar este teclado es que resulta mucho más útil tenerlo conectado al usb con un cable que usarlo de forma inalámbrica, sobre todo porque conectado no hace falta pensar en la batería ni en tener que recargarlo cada tanto. Esto no es algo malo de por sí, ya que podemos elegir usarlo conectado o no, sin embargo creo que si hubiera sabido esto antes tal vez podría haber buscado una alternativa más barata que no tuviera bluetooth.