¿Y si programamos en castellano?
Tomar decisiones todo el día demanda mucha energía, incluso cosas simples como: qué vas a almorzar, o qué nombre le vas a poner a esa función en el código.
Cada pequeña decisión te consume un poco de tiempo y energía.
Por eso creo que vamos desarrollando la tendencia a responder en modo automático, como si nos dijéramos a nosotros mismos:
“Esto se hace así, siempre lo hicimos así, ni nos preguntemos por qué”.
Sin embargo, creo que hay decisiones que no conviene tomarlas por omisión, porque el resultado nos puede acompañar un par de años.
Una de estas decisiones es el idioma que elegimos para escribir código.
¿En qué idioma programamos?
Cuando empezamos a programar, al menos los que hablamos castellano, tenemos la inclinación inmediata a escribir el código en inglés, pese a que este no es nuestro idioma nativo.
Nombramos en inglés a las clases, las funciones e incluso, en algunos casos, los archivos README y comentarios.
¿Tiene algún beneficio real para nuestro proyecto programar en inglés?
Hoy trabajé en un proyecto en base a especificaciones en castellano, donde tenemos reuniones con los clientes en castellano, pero el código está totalmente en inglés.
¿Acaso el código no debería ser un reflejo de nuestra solución al dominio del problema?
Cuando se programa en inglés se añade una pequeña capa de dificultad a toda la comunicación entre las personas del equipo. De pronto el cliente habla del “usuario”, el programador lo llama “Profile”, y alguien termina cargando un Ticket mencionando al módulo como “perfil de usuario”.
¿Acaso no podemos tener un vocabulario en común?
Cuando le mencioné esta inquietud a Ricardo, uno de los chicos que programa con nosotros, él resumió toda la confusión de nombres con una frase muy acertada:
Nos termina pasando lo mismo que al chavo del 8 cuando quiere vender aguas frescas.
Todo se vuelve una gran confusión.
Para mí, vale la pena conversar sobe el idioma en que elegimos escribir software, y no decidir en modo automático.
Escribir el código en español ayuda a tener un vocabulario en común, hace más sencillo escribir documentación y hasta reduce la carga mental de trabajar con el código.